Reflexionar y actuar un dúo inseparable
Reflexionar y no actuar es un ejercicio estéril, pero actuar sin reflexionar es una temeridad. Las sociedades abiertas, se sustentan en los valores, el talento, la credibilidad, la sensibilidad, la imaginación, la colaboración y la capacidad de adaptación continua. Nuestra sociedad actual se enfrenta a retos complicados como el cambio climático, la desigualdad, la información sesgada, el populismo, los intereses contrapuestos y una falta creciente de tolerancia y bondad. Tenemos que reflexionar y actuar.
Una de las características de los humanos es la cultura y su transmisión a las siguientes generaciones, pero también la gran capacidad de organizarnos para luchar contra la injustica, lo que lleva algunas veces a cambiar patrones heredados que impliquen discriminación.
Es cierto que para cambiar y crecer se necesita algo de incertidumbre como motor que nos haga como sociedad emprender y crear nuevos horizontes. Siempre es un reto y un equilibrio difícil preservar lo que funciona y cambiar lo que se ha quedado obsoleto.
La audacia y el bien hacer es saber hasta dónde se puede ir demasiado lejos en un momento determinado. El cambio es una constante y la vida no es una excepción.
En Fundación Cañada Blanch siempre hemos apostado por facilitar el acceso al conocimiento como motor del cambio y del bienestar. Porque a más conocimiento tenemos una opinión pública más sólida, lo que hace una sociedad más libre y democrática.
¡Qué importante es el conocimiento! Ya decía Platón en su libro La República, la opinión es libre, pero el conocimiento es otra cosa.
Juan Viña Ribes
Valencia, diciembre 2022