Fundación Cañada Blanch celebra por primera vez la Navidad con un concierto abierto al público a cargo del Cor de Cambra Sant Esteve, en uno de los espacios más emblemáticos de València: la Iglesia del Patriarca, joya del Renacimiento.
Este enclave no solo preserva un valioso acervo iconográfico y arquitectónico, sino que también representa un espacio de relevancia para el estudio de las prácticas musicales litúrgicas y su evolución, situándose como un referente imprescindible en la investigación interdisciplinar del patrimonio cultural y artístico.
Bajo el título de Peregrinatio, que en latín alude al acto de peregrinar, el encuentro propone un viaje simbólico guiado por la música, desde la introspección espiritual hasta la celebración compartida. Un recorrido que nos invita a detenernos, escuchar y reconectar con lo esencial en este tiempo del año.
Bajo la dirección de Carla Sanmartín, el Cor de Cambra Sant Esteve nos ofrece un programa con una selección que atraviesa siglos y estilos, pero que mantiene una misma intención: iluminar el espíritu navideño con música que toca lo más hondo.
La primera parte nos sitúa en un espacio de quietud e introspección. Con obras breves, pero intensamente expresivas —desde polifonía sacra del compositor inglés Thomas Tallis, Te lucis ante terminum, hasta villancicos del renacimiento español como “Dadme albricias” o “Sus, sus, sus, no más dormir”— reviviremos la espiritualidad del Siglo de Oro con piezas donde la luz y la palabra se funden en armonías delicadas y festivas. Este bloque culminará con un fragmento del Miserere de James MacMillan, un momento de profundidad y recogimiento bajo una perspectiva contemporánea que dialoga con lo antiguo desde la sensibilidad actual.
La segunda parte abrirá paso a la tradición y la alegría compartida. Desde la evocadora Epiphany Carol hasta villancicos de raíz popular como Ya viene la vieja, Campana sobre campana o Sant Josep es fa vellet, la música se convertirá en un puente hacia la memoria colectiva, donde lo sagrado y lo festivo se unirán y donde el público será parte activa en este canto común.
Peregrinatio, no es solo un concierto, es una invocación hacia lo esencial, un retorno al silencio, un viaje hacia nuestro interior, mediante la música como consuelo frente al ruido del mundo.